Sunday, March 08, 2009

Clases magistrales con Daniel Abreu

Técnica.

Los principios en los que se basa o debería basarse cualquier técnica corporal que trabaje con el movimiento, es el control consciente de la postura, el cual lleva al control consciente del movimiento.
La postura es consecuencia de un equilibrio entre fuerzas (1 dirección, 2 sentidos) opuestas en los tres ejes de la tercera dimensión conocida como espacio. El más importante es el equilibrio entre Peso (la masa por la aceleración de la gravedad) y Normal (dirección vertical, sentidos ↓↑). La cara posterior es la encargada de ir hacia abajo, a través de escápulas e isquiones y la anterior hacia arriba con la caja abdominal y el cuello. Es a través del peso como nos enraizamos para crecer. Cualquier posición obedece a esa oposición de fuerzas, desde un grand plié (las rodillas tiran en sentidos opuestos lateralmente) hasta un brazo orientado en cualquier dirección (los dedos quieren llegar lejos, el hombro/escápula se resiste).
El trabajo de clase consiste en mantener un alto grado de atención sobre la dirección del movimiento y las oposiciones de sus sentidos y quién o qué lo genera, estando todo esto muy presente todo el tiempo. Ya desde el principio, incluyendo cualquier posición estática e incluso de descanso, se debe estar estudiando el sentido descendente de escápulas/isquiones y el ascendente de la caja abdominal/cuello.
Esto no debe suponer ninguna rigidez para nuestro cuerpo. Hay una diferencia entre tensar para direccionar y crisparse. Lo primero te da libertad de movimiento y lo segundo hace que nos bloqueemos cortando el flujo de energía que debemos mantener permanentemente.
Para esto debemos ayudarnos de la respiración ya que cada vez que nos bloqueamos dejamos de hacerlo. La inhalación y la exhalación marcan un pulso al movimiento y aseguran su flujo continuo de energía.
Todo esto da al movimiento una densidad y una claridad que nos da más libertad ya que dominamos las leyes que gobiernan nuestro movimiento. Nos hace ser los mejores pilotos de nuestro vehículo más importante. De este modo también ayudamos al espectador a que aprecie una calidad y una elaboración artesanal en nuestro trabajo.
“Tan importante es lo que se mueve como lo que no se tiene que mover.”

Taller.

En este principio de control de la postura a través de fuerzas opuestas, se explora el movimiento a partir de pautas dadas, poniendo especial atención a dónde está el peso y a los apoyos.
Lo que se busca es mantener esa doble atención: respetar la pauta y permitir y percibir la organización orgánica del cuerpo. Es una escucha activa. Puede resultar paradójico pero hay que dejarle hacer dándose cuenta en todo momento de lo que está ocurriendo. Resumiendo, teniendo siempre el control, pero dejando hacer.
A partir de ahí hemos trabajado varias cuestiones:
Las posiciones de descanso para percibir el modo en cómo nos apoyamos para, a partir de ahí, generar movimiento. Ejemplo de los fotogramas.
Sentir los apoyos más débiles y percibir como se genera el movimiento al dejar que vaya el cuerpo a apoyarse de nuevo adoptando una nueva posición.
Direccionar una parte para ver cómo se adapta el resto del cuerpo a esa dirección planteada.
Experimentar cambios de dirección antes de llegar al límite de las posibilidades y percibir los cambios que tiene que afrontar el cuerpo.
Experimentar con la velocidad y ver cómo nos afecta y cómo no nos debería afectar. Hay que evitar que nos bloquee y para esto debemos dosificar mejor la tensión que empleamos para el movimiento.
Ver y corregir a nuestros compañeros todo aquello que no respete las pautas dadas, que quita verdad a lo que se está haciendo.
“La danza es movimiento. Cuanta más calidad tenga nuestro movimiento más calidad tendrá nuestra danza.”

Conclusión


Tanto en la clase técnica como en taller es muy importante ser honestos. Esto es lo que genera interés en el público ya que se define claramente que el intérprete está haciendo algo concreto, no hacer por hacer. Es una lucha por la autenticidad, de ser originales desde el origen.
Al igual que un actor interpreta unos deseos y un conflicto a través de un texto, el bailarín debe hacer lo propio a través de una coreografía. Pero para que eso sea posible, hay que perfeccionar la dicción al máximo. Si no sabemos vocalizar no se nos puede entender a pesar de lo auténtico de lo que estemos viviendo en ese momento. También por esa razón debemos tener esa doble atención. Una consciencia de cómo se nos puede estar viendo a cada instante.
En resumen, para bailar es necesario un fuerte deseo de compartir, de dar algo propio al espectador. Y la calidad y cantidad de lo que se dé será directamente proporcional a lo que se puede recibir. Lo más importante para conseguirlo es la actitud. Todo esto son los cimientos de nuestro oficio y de nuestro rigor profesional, de aprender y corregir errores, en definitiva, lo que nos hará unos buenos artesanos. Y quien sabe, a lo mejor algún día podamos llegar a ser artistas.

No comments: