Hoy es de los días en que la supervivencia consiste en tratar de frenar la caída lo más dignamente posible. Es horrible la impotencia de ver como se acumula todo y no das hecho. Y no porque te dé pereza o estés cansado. Es que tienes que perder de dormir, comer bien, ver a los tuyos, etc. Reconozco estar temporalmente superado y lo afronto como un entrenamiento, un obstáculo más que me pone la vida. Pero ahora me planteo si no me habré puesto el listón demasiado alto.

Eso sí. Bajo ningún concepto se debe sacrificar el tiempo para uno mismo. Da igual si no doy hecho. Mi tiempo es sagrado y me ayuda a centrarme; a que la corriente no me arrastre; a reivindicarme; a disfrutar de lo ya conseguido; a reafirmar la fe, tanto si es en Dios como en uno mismo; a amar a los seres queridos aunque estén en la distancia; a dar gracias por estar vivo y a sentir que todo esto, que parece de locos, tiene una razón de ser y que sirve para algo.

Sean felices.

Hola chic@s:

He vuelto. Espero poder volver a coger la rutina de escribir aunque sea un poquito.

Los baños públicos:

Pergunta a los caballeros ¿Qué haces cuando al ir a uno te encuentras la taza toda meada, que no han usado la escobilla para limpiar la kk y tienes a una persona esperando después tuya?

Mi respuesta es limpiarlo, porque al final no quiero quedar de cerdo y la persona que viene después tiene todo el derecho a pensar que soy un guarro y que seguro que eso no se me ocurre hacerlo en mi casa.

Claro que milagros no se pueden hacer y si no hay un arsenal de papel higiénico es imposible hacer algo por lo que la imagen tuya no se ve tan deteriorada al comprenderse que no has podido limpiar tu falta de puntería.

No llego a comprender como los varones somos tan guarros en el baño. Si cuesta lo mismo hacerlo mal que bien. Y ya no hablemos del uso del bidé que en nuestro caso es para limpiar los zapatos.

No me considero obsesionado por la higiene, que yo el baño lo limpio cada mes y medio. Pero coño! de lo que sí me OCUPO es de no manchar para limpiar lo menos posible.

Fijándose un poco, ese comportamiento "lo que diga mi puto ombligo" lo veo presente en todas partes a todas horas. Si todos pensásemos en no hacer aquello que no queremos que nos hagan, ¡como cambiaría todo! Insisto "NO HACER" solo eso. De hacer ya ni hablo. Lo que mejoraríamos si no tocasemos los cojones con nuestra mierda.

Cuídense.